Yogur o Kéfir: ¿En qué se diferencian?

Comprar Kéfir: diferències amb el iogurt de tota la vida 

Con el paso del tiempo, el hecho de comprar Kéfir no nos resulta tan extraño. La palabra kefir proviene de la palabra turca keif, que significa literalmente algo así como “rostro alegre”.

Para tenerlo claro, estamos hablando de un producto resultante de la mezcla de un tipo de bacteria con la leche, produciéndose una especie de yogur líquido. Su sabor es bastante más ácido que el de un yogur normal y su textura resulta mucho más viscosa.

Si quiere comprar kéfir, le interesará saber que hoy en día está viviendo un auténtico boom. Se consume en todo el planeta, con especial atención al territorio ubicado dentro de las fronteras de la antigua Unión Soviética. Por ejemplo, en Rusia es un alimento muy popular, donde se llegan a consumir 5 litros al año por persona.

Estamos ante un alimento con grandes propiedades probióticas, que ayudan a regular el tránsito, la flora intestinal y el sistema digestivo.

¿En qué se diferencian el yogur y el kéfir? 

El kéfir y el yogur son alimentos parecidos y suelen confundirse con mucha frecuencia. Gozan de propiedades similares. Los dos son lácteos probióticos, es decir, alimentos resultantes de una mezcla de bacterias con la leche, aunque estas son diferentes para cada caso. El proceso de fermentación de cada uno también es diferente.

Por otro lado, es importante destacar que tanto el kéfir como el yogur son complementos perfectos en las dietas pensadas para deportistas.

Proporcionan todas las proteínas relacionadas con los lácteos como el calcio o el fósforo. También son muy ricos en vitamina D y vitamina B, especialmente B12. Durante el proceso de producción de los dos, un gran porcentaje de la lactosa o los azúcares que contiene la leche se convierten en ácido láctico, que es mucho más digestivo. Resultan perfectos para combinar con frutas, verduras o incluso algunas carnes como el cordero. También se pueden elaborar salsas o postres de chuparse los dedos. En definitiva, el kéfir es un alimento cada vez más de moda, que está ocupando las estanterías de los frigoríficos y las cartas de los restaurantes gracias a sus maravillosas propiedades, por su sabor y, sobretodo, por la versatilidad gastronómica que ofrece a los cocineros modernos.